BUDISMO ZEN

EN OCCIDENTE

Artículo cortesía de www.budismo.com

Introducción

En estos artículos se verán algunos ejemplos de formas de vida Budista de las tradiciones theravada, zen y tibetano y cómo se están adaptando en Occidente. El último artículo es un análisis de los Amigos de la Orden Budista Occidental escuela budista ecuménica que toma su inspiración de toda la tradición.

Budismo zen

La primera forma de budismo que se asentó en Occidente.

Aunque al principio lo que Occidente conocía de budismo tendía a centrarse en el theravada, el budismo zen fue la primera forma que verdaderamente se asentó en Occidente, tras llegar en el mismo tren del que procedían los inmigrantes japoneses que arribaron a Estados Unidos.

Ejemplo del estilo de vida Zen en Occidente I

OBC Iniciada por una mujer Inglesa

The contemplative Buddhist Order (Orden de los Budistas Contemplativos OBC) que fue una de las primeras la fundó una mujer inglesa. Con bases en Throssel Hole Priory, en gran Bretaña y en Mt. Shasta Abbey, en California, la OBC, al igual que la mayoría de los grupos budistas occidentales, “tiene el objetivo de mantenerse fiel a la fuente de la enseñanza”. No obstante, ellos han llevado a cabo ciertas adaptaciones: con sus ondeantes mantos de color marrón; sus nombres de ordenación en inglés antiguo (Edmund, Gifford); su uso de términos como priorato, abadía, sacristía, vísperas y reverendo; con sus liturgias con cantos llanos y con su particular énfasis en la naturaleza antológicamente positiva de la budeidad (que afirma la existencia de un no-nacido, un no-creado) se podría pensar que, al menos exteriormente, su aproximación va demasiado lejos al acomodarse demasiado a formas monásticas del cristianismo antiguo temprano.

Nexos tradicionales renovados

Tienen nexos con su fundador, el reverendo maestro Jiyu-Kennet, con la escuela soto de Japón y con la tradición zen china rinzai como se practica en Malasia. Han realizado determinadas innovaciones propias, en especial al alejarse de algunos elementos que hay dentro del zen soto japonés, donde en la sangha monástica soto se desarrolló una abundante cantidad de monjes casados y en la cual, quienes entran a los monasterios de entrenamiento, por lo general sólo lo hacen por unos cuantos años, para aprender lo esencial de la meditación y las ceremonias antes de casarse y “heredar” el templo familiar (que, entonces, se administra como una forma de ganarse la vida).

Formas de vida para los monjes y para los laicos

En la tradición china inicial, los monjes de la OBC (tanto a los hombres como a las mujeres se les denomina “monjes” y tienen el mismo estatus formal) siguen el código monástico tradicional y se piensa que la ordenación es un compromiso para toda la vida.

La “congregación” laica recibe la guía espiritual de los monjes y, a su vez, les proporciona apoyo financiero. Asimismo, se hallan en el proceso de desarrollar un “ministerio” laico en el que los miembros comprometidos instruirán sobre la meditación, ayudarán a administrar grupos locales de la OBC y actuarán como ejemplos de la práctica.

Liturgia y práctica adaptada

Mientras que, en cierto grado, sus formas ceremoniales se basan en modelos japoneses, su liturgia (con todo y canto llano y acompañamiento de órgano) es en inglés y se han adaptado a los usos occidentales en su manera de sentarse y de utilizar cubiertos para comer. Al igual que muchos otros grupos zen occidentales, han abandonado el uso del kyosaku, el “bastón para despertar”, que en Japón se emplea para golpear en los hombros como un medio para relajar las tensiones que se pueden acumular en la meditación.

Discusión y debate abierto

También han adoptado una actitud más “abierta” hacia la práctica que la que tradicionalmente se encuentra en el soto japonés. Su énfasis tiende a ser más amable y menos formalista.

Se anima a que haya preguntas y se le confiere gran prominencia a la necesidad que tiene el individuo de retener su propia autonomía, pero en el corazón de la tradición permanece la necesidad de una gran fe por parte del discípulo, sobre todo cuando se confrontan sus puntos de vista y sus opiniones más apreciadas. (Rev. Master Daishin Morgan, OBC. Citado de una correspondencia privada).

Ejemplo del estilo de vida Zen en Occidente II

 

Centro Zen de San Francisco

El Centro Zen de San Francisco, fundado por el maestro zen japonés Roshi Shunryu Suzuki a finales de la década de los 50, también se basa en la tradición japonesa del budismo Zen soto.

 

Gran número de practicantes

La sangha del Centro Zen, una extensa comunidad de practicantes que cuenta varios miles de personas, se enfoca en tres centros de práctica en California (el Centro Zen de San Francisco, el Centro Zen Green Gulch y el Centro Tassajara Mountain). Aunque no mantienen relaciones formales con la jerarquía soto de Japón, en los últimos años han empezado a registrar a sus jefes religiosos en los Sotoshu japoneses y están colaborando con ellos en proyectos de traducción.

El énfasis del Centro Zen se basa en la identidad que hay entre la práctica y la realización.

Practicar la vía con sinceridad es, en sí, la iluminación. No hay un hueco entre la práctica y la iluminación o entre el zazen y la vida cotidiana. (Yuho Yokoi, Zen Master Dogen: An Introduction With Selected Writings, Nueva York/Tokio, 1976).

 

Mente Zen, mente de principiante

Esta manera de acercarse al Dharma se popularizó en Occidente con el famoso libro de Roshi Suzuki, Mente Zen, Mente de Principiante. Esta obra se basa en charlas ofrecidas a los estudiantes y se publicó por primera vez en 1971. Sigue siendo uno de los libros de zen más vendidos.

 

La no dualidad y sus peligros

De acuerdo con Dogen, el fundador medieval japonés del soto y cuyas enseñanzas abrazó Roshi Suzuki, la práctica sincera es la realización; la atención cuidadosa a los detalles de la vida es la iluminación. Cuando hay una estrecha atención el dualismo cede y aparece la no-dualidad. Son palabras peligrosas porque, como reconoce Norman Fischer, una de las dos personas que actualmente fungen como abad del Centro Zen, nos pueden llevar a una forma de confusión bipolar al justificar, por un lado, una especie de práctica floja en la que casi cualquier cosa se puede ver como si fuera El Camino y, por otra parte, un modo de practicar formalmente rígido en el que los más ínfimos detalles se enfaticen con una exageración que raye en lo cómico:

“¿Está bien planchada la costura de mi manto?” El enfoque correcto, dice, “…enfatiza la iluminación sin exteriorizarla ni conceptualizarla y, por lo tanto, olvidando que en verdad está presente en cada momento de nuestras vidas”.
“Eres perfecto tal como eres, pero está bien que hagas algunas mejoras”.

El Centro Zen la da una gran importancia a la práctica formal y enfatiza aspectos como el comportamiento, la conducta adecuada en el zendo y el trabajo en la cocina (Dogen es muy famoso por sus Consejos para el Jefe de la Cocina, un tratado sobre la importancia de la práctica en la cocina). En los últimos años también se ha resaltado mucho el valor de la comunicación y el trabajo directo con las emociones, prácticas que no son características del soto japonés. Todo esto se hace en el espíritu del soto, el cual enfatiza la no-dualidad (todos somos budas ya) en tanto que reconoce la necesidad clara de una práctica continua. Como dice Roshi Suzuki: “Eres perfecto tal como eres, pero está bien que hagas algunas mejoras”.

 

Clarificar la trasmisión

Si bien su meditación formal y sus prácticas rituales se adhieren mucho a las formas del soto (con algunos cantos en inglés), el Centro Zen lleva ya un largo tiempo participando en el proceso que busca clarificar la manera en que se están transmitiendo las enseñanzas a los occidentales. Hay dos áreas clave que se encuentran actualmente bajo ese debate.

 

Tradición, carisma o democracia

La primera de ellas se centra en la interrogante acerca del liderazgo y la jerarquía espiritual. El sucesor de Roshi Suzuki en el Centro Zen, el carismático estadounidense Roshi Richard Baker, fue uno de los maestros inmiscuidos en el centro de un nexo de escándalo que surgió en la escena del budismo norteamericano en la década de los 80. Se le acusó de conducta sexual impropia con una de sus estudiantes y de malversar el poder que le daba su puesto para llevar un estilo de vida inadecuadamente glamoroso. Al finales vio obligado a renunciar a su cargo de abad del Centro Zen.

La sangha del Centro Zen se ha dedicado de forma activa a descubrir las lecciones que debía aprender de los diversos traumas y consecuencias que aquel asunto le produjo. ¿Cuál es el sitio de la jerarquía espiritual en la vida budista? ¿Cuál es la relación adecuada que debe establecerse entre estudiantes y maestros? En los años más recientes, por ejemplo, han instituido un sistema para elegir a quien ocupará el cargo de abad, por medio de un consejo integrado por los miembros de mayor edad y de una junta de directores elegida de manera democrática. Dos abades cumplen con un término que va de cuatro a siete años.

Preguntas que se plantean todos los budistas occidentales

Antes, un abad, que había sido designado por el abad que lo había precedido, ocupaba el puesto de por vida. Las dudas que suscitó el nuevo sistema (la relación entre el poder temporal y el espiritual, entre la democracia y la jerarquía, entre la autoridad espiritual y la mundana) son, en efecto, preguntas que se plantean todos los budistas occidentales, porque al darse la intersección entre las tradiciones budistas abiertamente jerárquicas de Oriente y las modernas tradiciones igualitarias de Occidente han ocurrido toda clase de choques culturales.

Buenos monjes o buenos budistas

El segundo tema clave que está en proceso de digerir es el que trata sobre el sitio que ocupa la ordenación monástica dentro de su tradición. Al igual que sucede en el caso de la OBC, hay diferencias significativas entre el énfasis que hace el Centro Zen y el que demuestra el soto japonés contemporáneo. La manera en que los japoneses asumen el que hacer monástico es más nominal y, toda vez que ésa es la ílnea que hasta cierto grado han seguido en el pasado, el Centro Zen se halla de pronto en una situación anómala, ya que algunos de sus “monjes” o “religiosos”, a pesar de su ordenación, llevan una vida que, de una forma externa, parece dedicada a objetos mundanos (el hogar, el trabajo, la familia) en tanto que son miembros “laicos” de su sangha que, ciertamente, vive en el monasterio y se dedica de tiempo completo a una práctica intensiva.

Es más fácil ser budista fuera de países budistas

Vista desde fuera, la tradición soto en Japón parece, en muchos aspectos, haberse degenerado hasta llegar a ser como una “iglesia” que, principalmente, se ocupa de las formalidades que requieren las ceremonias sociales. Al parecer, los occidentales están abordando la misma tradición con una fuerza en general más grande, enfocándose en la práctica y en la aspiración a la Iluminación.

Tensiones en un camino de adaptación

La tradición soto en Estados Unidos (tal como la representa el Centro Zen) parece estar llegando a una encrucijada. Algunas personas contemplan al Centro como el lugar para dar solemnidad a un casamiento o efectuar un funeral, mientras que otros manifiestan una firme aspiración hacia la práctica intensiva y a perseguir la iluminación. “La esperanza y el esfuerzo que realiza el Centro Zen”, dice Norman Fischer, “es llegar a ser capaz de funcionar en ambos tipos de intereses sin que ninguno de ellos pierda su energía; ser capaces de ofrecer a las familias y los individuos una práctica que les ayude a profundizar en su comprensión y a estimular su vida espiritual y que, al mismo tiempo, provea el entrenamiento y la práctica profunda para los practicantes sinceros con más entrega”.

Primeros en aportar un verdadero involucramiento existencial

El zen japonés fue el mayor constituyente de la primera ola del compromiso existencial occidental con el budismo. Sin embargo, no tardó en rebasarlo la popularidad aparentemente más exótica de las formas que llegaron del Tíbet.