BUDISMO THERAVADA

EN OCCIDENTE

Artículo cortesía de www.budismo.com

Introducción

En estos artículos se verán algunos ejemplos de formas de vida Budista del budismo theravada, zen y tibetano como se están adaptando en en Occidente. Concluiremos con un análisis de los Amigos de la Orden Budista Occidental escuela budista ecuménica que toma su inspiración de toda la tradición.

Budismo Theravada tradicional actualmente

Una fuerza de bien

A través de toda la región del sur de Asia donde se practica el Budismo Theravada, varios activistas budistas efectúan proyectos efectivos de acción social en el beneficio de los pobres y los oprimidos. El budismo está volviendo poco a poco a Camboya y la Premio Nobel, Aung San Suu Kyi, aunque todavía en un arresto domiciliario trabaja para poner en acción sus principios políticos de inspiración budista. Asimismo, la práctica de la meditación parece estar reviviendo en Tailandia.

Situación difícil en muchos países

Sin embargo también se enfrenta a desafíos diversos. En Tailandia el gobierno mantiene un ojo vigilante sobre los asuntos de la sangha monástica y está interesado en que, al menos de manera externa, los monjes conserven su “pureza”. Recientemente ha habido muchos escándalos que apuntan hacia un nivel alarmante de corrupción religiosa y degeneración. En Birmania (actual Myanmar) a los monjes se les obliga a adoptar la ignominiosa postura de entrar en colusión (aunque sea de manera pasiva) con un régimen militar dictatorial brutal o, bien, con enormes riesgos, de oponérsele activamente. Hace poco, en Sri Lanka varios monjes principales llevaron a cabo protestas en contra de los intentos del gobierno por aproximarse a las minorías tamiles, (Vea “Bhikkhus and Beasts”, en la revista Dharma Life, Windhorse Publications, Primavera de 1996.) mientras que en Camboya el budismo theravada apenas está empezando a revivir. Ahí, el régimen de Pol Pot asesinó en los 70s a un gran número de monjes.

Renovado interés en la práctica no institucionalizada

El renovado interés en la meditación que se ha dado en Tailandia se suscitó, en un principio, dentro de la tradición forestal (o renunciante del Bosque que es diferente a la del el monje establecido en un monasterio N del E) del budismo theravadín tailandés, que es una especie de movimiento reformista, el cual busca un retorno al ideal de la práctica espiritual (en especial a la meditación) en lugares silvestres y solitarios, lejos de los grandes monasterios fundados por la tendencia dominante.

Ejemplo del estilo de vida Thereavada en Occidente I

La Sangha Amaravati,

Se estableció en el Reino Unido en 1976, se adhiere a esa tradición. Comenzó bajo la dirección del bhikkhu theravadín estadounidense Ajahn Sumedho y su entrenamiento se basa, principalmente, en la práctica estricta del Vinaya que, con sus 227 reglas de conducta, gobierna de forma minuciosa (y, para los ojos de algunos, hay que admitir, bizarra) las ocupaciones de la vida monástica de cada día.

Ajahn Sumedho fue uno de los cuatro monjes que envió su maestro tras la invitación que les hizo la English Sangha Trust para que crear las condiciones que propiciaran el entrenamiento de una sangha monástica theravadina en Occidente. Desde entonces, esta manera de abordar la práctica budista ha atraído a cerca de 70 monásticos occidentales que, entre ellos, han establecido monasterios, primero en Inglaterra, luego en Suiza, Italia, Nueva Zelanda y, más recientemente, en Estados Unidos.

Pocos Bosques para la práctica del renunciante

En Occidente quedan muy pocos bosques y no es fácil emular el estilo de vida “del renunciante del bosque” puro bajo las condiciones actuales. No obstante, los miembros de la Sangha Amaravati en Gran Bretaña han establecido diversas cabañas relativamente aisladas que se hallan en constante uso y cada año hay largos tudongs, caminatas por el campo, en las que los participantes sobreviven a veces sólo de las limosnas que reciben en las calles de los pueblos británicos. Asimismo, suelen organizar recorridos tradicionales para pedir limosna en las poblaciones cercanas a los monasterios y subsistiendo nada más con la comida que ese día reciben.

Tensión entre dos estilos de vida

Al igual que muchos renunciantes, los miembros de la Sangha Amaravati se encuentran atrapados entre dos posibilidades. Por una parte está el deseo de llevar una vida sencilla como ermitaños (renunciantes del bosque). Por otro lado hay un fuerte impulso a responder ante las necesidades de los no Ordenados o laicos (que es lo que ejercen los monjes establecidos en monasterios institucionalizados). En el mismo monasterio Amaravati esa tensión se agudiza a medida que el monasterio se ha convertido en un punto focal dentro de las comunidades tailandesas, camboyanas y singalesas de Gran Bretaña, que naturalmente lo contemplan como un lugar en el cual pueden “cultivar méritos”, (una de las prácticas principales que tienen los laicos en los países asiáticos) apoyando a los monjes y al monasterio y solicitar la realización de ritos y ceremonias familiares. En estos días se habla de un proyecto para erigir un templo que costará un millón de libras (1,500,000 dólares.) y, sin duda, esto hará que se incremente la tensión.

Una adaptación dentro del modelo tradicional

Dentro de los límites que impone el Vinaya, la sangha Amaravati ha efectuado algunas adaptaciones a su forma monástica tradicional. Han instituido un tipo de noviciado que opera como un puente entre la vida monástica y la laica. Los candidatos a recibir la ordenación monástica completa primero se ordenan como anagarikas ( Anagarika, “El que no tiene hogar”.) y pasan un tiempo en ese nivel, llevando una vida de celibato, como parte de la comunidad monástica, en tanto que no se encuentran atados formalmente al código monástico en su totalidad.

Ordenaciones para mujeres

Por el otro lado también se han comenzado a experimentar nuevas formas de adiestramiento para monjas, que en la atmósfera tan conservadora del budismo theravada en Tailandia no se habrían podido realizar.

En Occidente, las relaciones entre hombres y mujeres se manejan de manera diferente. En Tailandia es mal vista la proximidad entre ambos sexos. Incluso se sanciona el contacto visual, pero los monjes occidentales permiten un poco más de libertad en esta área y sus monasterios alojan tanto a hombres como mujeres (aunque los hombres que han recibido la ordenación, no importa qué tan jóvenes sean, siempre tienen prioridad en las ceremonias sobre las mujeres ordenadas).

No se espera la deferencia extrema tradicional

Los monjes amaravati no alientan entre sus patrocinadores laicos occidentales ese tipo de deferencia extrema que los laicos tailandeses les muestran a los monjes. Sin embargo, sí preservan muchas de las actitudes de deferencia, honor y respeto en la que tanto ha insistido la tradición theravada. En las comidas ceremoniales los monjes comen primero y ocupan siempre los sitios de honor, por ejemplo.

Se estimula a la práctica general

Mientras que el énfasis de su práctica se centra en el entrenamiento monástico, la Sangha Amaravati también guarda particular interés en el desarrollo de la práctica de sus seguidores laicos. Les enseñan a meditar, dirigen retiros, ponen a su disposición una amplia biblioteca budista y les ofrecen enseñanzas acerca de la práctica del Dharma. Asimismo, en tiempos recientes han instituido un programa de “adiestramiento upasika”, que les permite a los laicos hacer un compromiso más formal con el entrenamiento espiritual.

Adaptación sensible a las diversas necesidades

Al adaptar su práctica a las condiciones occidentales, la Sangha Amaravati, más que la mayoría de los grupos budistas occidentales, se enfrenta con la necesidad de resolver una compleja serie de tensiones. Tienen que reconciliar las ideas preconcebidas de sus devotos laicos locales tailandeses, camboyanos y singaleses (los cuales contribuyen de manera sustancial a su manutención económica) y las percepciones de la Sangha en Tailandia con las necesidades de los practicantes occidentales. Todas las tradiciones budistas tienen sus posibles “vicios” y en el caso del theravada esto se manifiesta, quizá con mayor evidencia, como una rigidez peculiar que tienen los mojes, sobre todo con respecto a cuidar las apariencias. La habilidad de la Sangha Amaravati para efectuar adaptaciones se circunscribe de manera acorde.

Ejemplo del estilo de vida Thereavada en Occidente II

Insight Meditation Society

En tanto que la Sangha Amaravati se adhiere de un modo estrecho a la tradición theravada, la Insight Meditation Society, cuya base se encuentra en Barre, Massachussets y el Centro Spirit Rock, en Marin County, California, prefieren considerar que su inspiración viene de la tradición theravada pero que son independientes de la misma. Entre ellos, el IMS y el Spirit Rock son los epicentros de una red de maestros y discípulos que practican en lo que ha llegado a llamarse la comunidad vipassana.

Vipassana

Cuando se emplea en este sentido, vipassana se refiere a una forma de meditación con atención consciente que se halla en ciertas ramas del budismo theravada.

Fundadores del movimiento

Los tres fundadores del movimiento vipassana norteamericano, Joseph Goldstein, Sharon Salzberg y Jack Kornfield, estudiaron con maestros theravadines en Asia. Al regresar a Estados Unidos comenzaron a enseñar lo que habían aprendido, en especial dentro del contexto de retiros de meditación intensiva. Se enfocaban con mucha concentración en la práctica de la meditación. Jack Kornfield lo expresó así:

Queríamos ofrecer las poderosas prácticas de meditación de visión cabal interior como las realizaban muchos de nuestros maestros, de un modo tan sencillo como fuera posible, sin las complicaciones de los rituales, los mantos, los cantos y toda la tradición religiosa. (Gil Fronsdal, “The Treasures of Theravada: Recovering the Richess of Our Tradition”, en Inquiring Mind: A Semi-Annual Journal of the Vipassana Community, Otoño de 1995.)

Controversias inevitables

Lo cierto es que desde sus inicios, en 1974, la comunidad vipassana ha llevado la práctica de la meditación a decenas de miles de occidentales. En muchos aspectos han tenido un éxito sobresaliente. No obstante, su manera de abordar la práctica no se ha visto libre de críticas. Ajahn Amaro, un monje de la Sangha Amaravati que ahora vive en Estados Unidos, lo ha dicho de esta manera:

Varias de las personas que he conocido en Norteamérica han estado tomando retiros durante 15 ó 20 años y la verdad es que han logrado una gran concentración, pero me temo que no han encontrado mucha libertad.

Él dice que la razón es que ha habido una separación poco sana entre la vida común y los retiros.

Por supuesto, si a lo largo de 20 años estás tomando retiros puedes crear un enorme espacio interior, pero puede llegar a ser casi como un estado policial. Limpias las calles limpias de toda esa gente indisciplinada que había en tu mente, mas mientras las avenidas están tranquilas las guerrillas siguen activas en los subterráneos. De modo que cuando termina tu retiro empiezas a sentir que tu vida diaria es muy difícil y turbulenta. Entonces apenas puedes esperar a que por fin llegue el siguiente retiro… …Aun cuando dentro de aquel espacio pudiéramos tener una mente brillante o experimentemos la ausencia del ego, esos estados existen en contrapunto con nuestra familia, la sociedad y todo el mundo fenoménico y físico. Sólo estamos en la mitad del camino… (“The Happy Monk: Ajahn Amaro on Living Buddhism in the West”, entrevista en Inquiring Mind: A Semi-Annual Journal of the Vipassana Community, Otoño de 1995.)

Peligros reales del naciente movimiento

Además, apunta Gil Fronsdal, maestro vipassana al que le gustaría ver que la comunidad vipassana fortaleciera sus vínculos con el budismo theravada:

Es muy fácilmente posible que si no se extienden fuertes raíces en la antigua tradición, el movimiento vipassana norteamericano pierda su identidad budista y se funda en un entorno judeocristiano. (Ibíd.)

(Este peligro es latente no sólo para los movimientos nacientes del Theravada sino para todos las otras tradiciones budistas que se forman independientes de un tronco Oriental en Occidente)