VER CON LOS OJOS
DEL BUDA

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Hola Diana, buen día. Claro, en este espacio encontrarás la grabación de la sesión, en el apartado de Semana 2. 👆🏼👆🏼👆🏼

¡Muy buenas preguntas Andrea! Estas preguntas será más apropiado responderlas en vivo en la siguiente sesión, pero aquí te comento algunas reflexiones, que no necesariamente son “la verdad”, sino mis propias reflexiones personales.

1. Decir que hay tantas iluminaciones como seres humanos es una idea interesante, pero hay que tener cuidado con algunos riesgos. Primero, la tradición budista nos dice que el estado de iluminación es uno, pero se expresa de manera particular en los distintos seres. Es decir, dos personas iluminadas no serán iguales, pues cada una tendrá su propia historia, carácter, etc. Al mismo tiempo, un estado de auto-trascendencia, justamente implica una ausencia de identificación con un “yo”. El riesgo que veo en esta idea de muchas iluminaciones es el creer o pensar que alguien está iluminado únicamente basado en una opinión personal. El ideal de la iluminación o del Nirvana debe ser una experiencia, no una idea u opinión, y esta experiencia será personal (en el sentido de que es la persona quien la experimenta) y a la vez supra-personal (en el sentido de que es una experiencia de soltar la identificación con un yo y llegar a la percatación de que es una ilusión). A partir de esta experiencia, lo que surge es un estado del “ser” que va más allá de una noción personal y en donde existe una identificación universal con todos los seres. De ahí también el surgimiento de un flujo de estados emocionales positivos (como la compasión o el amor incondicional) hacia todos los seres. Es importante recordar de forma más práctica, que la iluminación es el cese del sufrimiento mediante el cese del deseo (avidez), el odio y la ignorancia.

2. En la actualidad PUEDE haber personas iluminadas. Sin embargo, en la tradición budista se considera de “mala educación” resaltar logros espirituales. Así que si alguien está iluminado (verdaderamente), lo más probable es que no lo diría. Parecería casi una incongruencia decir “yo estoy iluminado”. Incluso puede convertirse en un obstáculo, pues los seres humanos tendemos a crear proyecciones e ídolos en otros seres humanos. Incluso si tenemos frente a nosotros a un ser iluminado, no nos serviría de mucho si no practicamos personalmente las enseñanzas en nuestra propia vida. Personalmente confío en que sí hay personas iluminadas o por lo menos mucho más iluminadas que yo. En nuestra orden y comunidad he conocido personas que expresan e irradian cualidades de la mente iluminada, su vida es plena, feliz, con amigos, significativa y con menos sufrimiento. Eso a veces es suficiente para seguir confiando y practicando. A la vez, creo que todos quienes practicamos de una forma sincera y efectiva las enseñanzas y las prácticas del Dharma, hemos experimentado, aunque sea por momentos breves, un sabor de la libertad del Nirvana.

3. No, la iluminación no es un estado pasajero. Sin embargo, tampoco es algo estático. Es decir, sigue habiendo cambio en alguien iluminado, pero no es un cambio basado en lo dual o en opuestos. Sino es un cambio superlativo. Es decir, sigue habiendo una profundización, expansión y expresión de las cualidades de la mente iluminada de una forma exponencial o, como lo dice la tradición budista, en espiral.